¡VENCIENDO LA AFLICCION!
(Éxodo 3:1-12)
Introducción: El libro de Éxodo registra el más grande milagro de todo el Antiguo Testamento: La liberación de Israel de Egipto. Lograda por la muerte de los corderos pascuales, como cuadro del Cordero de Dios que vendría a dar su vida por todos nosotros. Dios llama a Moisés de una zarza que ardía y no se consumía, Moisés tiene miedo, pero Dios consuela a Moisés respecto a su pueblo.
1.
“HE
VISTO LA AFLICCION DE MI PUEBLO” (Éxodo 3:7)
A. Nada escapa a la vista de Dios. Pues no hay lugar para escondernos. (Salmo 139:7-11) El ve todas las cosas que nosotros pensamos que no son importantes.
B. Notemos la tierna mirada del Señor:
1. Ve lo que parte el corazón: ve las lágrimas.
2. Ve las cargas, las enfermedades, y los temores.
3. Ve la aflicción, el afán, y la desesperación.
2. “HE OIDO SU CLAMOR” (Éxodo 3:7)
A. Consideremos la vida de un hebreo: Trabajo con condiciones insoportables. Los hijos
nacían para morir a la orden del Faraón. El pueblo de Dios desalentado. Claman a Dios y se preguntaban ¿de qué sirve?
B. Pero Dios escucha nuestro clamor. ( Salmo 34:4,6; 2º Crónicas 7:13,14 ) Dios ya había escuchado el clamor de ellos.
3. “CONOZCO SUS ANGUSTIAS” ( Exodo 3:7 )
A. Dios había medido todas las lágrimas de su pueblo. Dios conocía cada latigazo dado
en Egipto. Sabía del dolor al final del día. Sabía de todas sus angustias.
B. Jesús vino como varón de dolores para que nosotros pudiésemos ser más que vencedores en medio de la angustia. ( Romanos 8:35-39 )
4. “HE DESCENDIDO PARA LIBRARLOS” ( Exodo
3:8 )
A. Ahora la compasión se convierte en acción. El los libró de la esclavitud y les dio libertad.
B. Jesús vino para librarnos de la esclavitud del pecado.
Conclusión: Las aflicciones y las angustias de esta vida no son comparables con la gloria venidera. Recuerde que usted no está solo en este peregrinar por esta tierra, Dios está con usted, y así como Jesús venció, usted también vencerá.
"¡VAMOS DE GLORIA EN GLORIA Y DE VICTORIA EN VICTORIA...!"