I.
Negación
y Proyección
En la dependencia química, al cuerpo
desarrollar una dependencia física sobre
los químicos, se da otro proceso al mismo tiempo: ¡La contaminación de la
mente! La mente expresa esta
contaminación a través de la negación y la proyección. La contaminación mental puede ser mas seria que
la adicción física. Requiere mas
tratamiento que tan solo el adquirir la sobriedad. Si, no se trata apropiadamente, llevara al
adicto sobrio de regreso al abuso compulsivo.
Los patrones de pensamiento de todos
los seres humanos comienzan desde que Adán y Eva se contaminaron con la
negación y la proyección, pero para el
adicto este “pensamiento apestoso” es intensificado. El adicto se vuelve un adepto al arte de
negar sus problemas, culpando a otros y a todo lo demás de los mismos.
La negación es un mecanismo de
defensa. Sirve para defender al adicto
de sus temores. La negación le ayuda a
evitar y a suprimir su realidad. Lo
ciega a los problemas obvios causados por su abuso compulsivo de químicos. El adicto que esta en negación dice, “Yo no
tengo problemas con los químicos”. Él
rehúsa enfrentar la verdad que lo liberara.
Su actitud de negación también puede decir, “Bien, puede que tenga un
pequeño problemita, pero no es tan malo, y lo puedo manejar”. Esta forma de minimización de la negación es
similar a decir, “¡Estoy un poquito preñada!”
Cuando Adán pecó en el huerto del
Edén (Génesis 3), por primera vez experimento miedo de Dios. Él había hecho lo que Dios le dijo que no
hiciera. En lugar de caminar con Dios y
estar intimo con Dios, se escondió a sí mismo detrás de un árbol. Por primera vez experimento vergüenza. Nunca más se sintió seguro y protegido. Se dio cuenta de su desnudez e intento
cubrirse por sí mismo. El no sabía como
Dios lo trataría, ni parecía que quisiera saberlo. En lugar de buscar a Dios para confesarle lo
que había hecho y pedirle ayuda, se escondió.
Posiblemente se hubiera quedado escondido por siempre si no fuera por
que Dios salio a buscarlo. Los
químico-dependientes y sus familias muestran conductas similares a las de Adán.
La proyección es el proceso
utilizado por el adicto para descargar su propio odio en otros. Tal como la negación, es otro mecanismo de defensa, y le sirve para
defenderse contra lo que sea que él teme.
La actitud de proyección del adicto es el culpar a otras personas,
lugares y cosas por la consecuencia de su propia conducta. Un adicto puede decir, “¡Bien, de seguro yo
tomo bastante, pero usted también lo haría, si conociera a mi esposa!” La proyección le permite al adicto culpar sus
problemas sobre todo lo demás, nunca aceptando la responsabilidad por su propio
uso de químicos.
Cuando Dios abordó a Adán acerca de
su nueva y obvia actitud de esconder y cubrir su desnudez, Él le preguntó el
porqué él había comido del árbol prohibido.
Adán rápidamente le explicó a Dios que fue Eva (…la mujer que tu me
diste, Dios”…) quien le dio el fruto.
Eva rápidamente le aclaró a Dios que la serpiente la había
engañado. Adán, Eva, y la serpiente,
proyectaron la responsabilidad por sus acciones fuera de sí mismos.
En medio de su adicción, el adicto
detesta el admitir que este haciendo algo equivocado, ó tan siquiera el tener
algún problema. Con la negación y la
proyección operando juntos a toda maquina, el adicto atraviesa desastre tras
desastre. El nunca se da cuenta que
tiene un problema de adicción a los químicos.
Cuando el confrontado con los hechos de su problemática y sus efectos
sobre aquellos a su alrededor, él le echa la culpa a Dios, su cónyuge, su jefe,
sus parientes, etc. Al rechazar el aceptar
la responsabilidad por sus propias acciones, la prolonga e intensifica el
problema y los dolores que lo acompañan.