LLAMA YA!!!! Y DISFRUTA..3137190211

LLAMA YA!!!! Y DISFRUTA..3137190211
Cupcakes Dely una dulce experiencia que te hara soñar con lo mejor de la vida... Tel: 3137190211 y 5824688

IGLESIA CRISTIANA NEW BREED, COLOMBIA

IGLESIA CRISTIANA NEW BREED, COLOMBIA
NUESTRA CONSIGNA ES CONOCER A JESUS Y HACERLO CONOCIDO DE TODOS...

NEW COVENANT MINISTRIES, INTERNATIONAL

NEW COVENANT MINISTRIES, INTERNATIONAL
NUESTROS PASTORES Y MENTORES

INTEGRAL TRANSFORMATION CENTER, COLOMBIA

INTEGRAL TRANSFORMATION CENTER, COLOMBIA
TU LUGAR PARA UNA EXPERIENCIA DE CRECIMIENTO Y DESARROLLO TANTO PROFESIONAL COMO VOCACIONAL....LLAMANOS AL 3146305755

sábado, 11 de mayo de 2013

LA NEGACION Y LA PROYECCION



I.           Negación y Proyección
En la dependencia química, al cuerpo desarrollar una dependencia física  sobre los químicos, se da otro proceso al mismo tiempo: ¡La contaminación de la mente!  La mente expresa esta contaminación a través de la negación y la proyección.  La contaminación mental puede ser mas seria que la adicción física.  Requiere mas tratamiento que tan solo el adquirir la sobriedad.  Si, no se trata apropiadamente, llevara al adicto sobrio de regreso al abuso compulsivo.

Los patrones de pensamiento de todos los seres humanos comienzan desde que Adán y Eva se contaminaron con la negación y la proyección,  pero para el adicto este “pensamiento apestoso” es intensificado.  El adicto se vuelve un adepto al arte de negar sus problemas, culpando a otros y a todo lo demás de los mismos.

La negación es un mecanismo de defensa.  Sirve para defender al adicto de sus temores.  La negación le ayuda a evitar y a suprimir su realidad.  Lo ciega a los problemas obvios causados por su abuso compulsivo de químicos.  El adicto que esta en negación dice, “Yo no tengo problemas con los químicos”.  Él rehúsa enfrentar la verdad que lo liberara.  Su actitud de negación también puede decir, “Bien, puede que tenga un pequeño problemita, pero no es tan malo, y lo puedo manejar”.  Esta forma de minimización de la negación es similar a decir, “¡Estoy un poquito preñada!”

Cuando Adán pecó en el huerto del Edén (Génesis 3), por primera vez experimento miedo de Dios.  Él había hecho lo que Dios le dijo que no hiciera.  En lugar de caminar con Dios y estar intimo con Dios, se escondió a sí mismo detrás de un árbol.  Por primera vez experimento vergüenza.  Nunca más se sintió seguro y protegido.  Se dio cuenta de su desnudez e intento cubrirse por sí mismo.  El no sabía como Dios lo trataría, ni parecía que quisiera saberlo.  En lugar de buscar a Dios para confesarle lo que había hecho y pedirle ayuda, se escondió.  Posiblemente se hubiera quedado escondido por siempre si no fuera por que Dios salio a buscarlo.  Los químico-dependientes y sus familias muestran conductas similares a las de Adán.

La proyección es el proceso utilizado por el adicto para descargar su propio odio en otros.  Tal como la negación,  es otro mecanismo de defensa, y le sirve para defenderse contra lo que sea que él teme.  La actitud de proyección del adicto es el culpar a otras personas, lugares y cosas por la consecuencia de su propia conducta.  Un adicto puede decir, “¡Bien, de seguro yo tomo bastante, pero usted también lo haría, si conociera a mi esposa!”  La proyección le permite al adicto culpar sus problemas sobre todo lo demás, nunca aceptando la responsabilidad por su propio uso de químicos.

Cuando Dios abordó a Adán acerca de su nueva y obvia actitud de esconder y cubrir su desnudez, Él le preguntó el porqué él había comido del árbol prohibido.  Adán rápidamente le explicó a Dios que fue Eva (…la mujer que tu me diste, Dios”…) quien le dio el fruto.  Eva rápidamente le aclaró a Dios que la serpiente la había engañado.  Adán, Eva, y la serpiente, proyectaron la responsabilidad por sus acciones fuera de sí mismos.

En medio de su adicción, el adicto detesta el admitir que este haciendo algo equivocado, ó tan siquiera el tener algún problema.  Con la negación y la proyección operando juntos a toda maquina, el adicto atraviesa desastre tras desastre.  El nunca se da cuenta que tiene un problema de adicción a los químicos.  Cuando el confrontado con los hechos de su problemática y sus efectos sobre aquellos a su alrededor, él le echa la culpa a Dios, su cónyuge, su jefe, sus parientes, etc.  Al rechazar el aceptar la responsabilidad por sus propias acciones, la prolonga e intensifica el problema y los dolores que lo acompañan.