¿Listo para escuchar tus errores?
Mateo 7: 3. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
Hace algunos días, tuve un desacuerdo con mi esposo, sencillamente él no estaba de acuerdo con la forma en que yo venía reaccionando y definitivamente no era de mi agrado las actitudes que él venía teniendo, así que con alardes de mujer sabia le hice una propuesta; “Vamos a hacer una lista de aquellas cosas que nos molestan del otro y vamos a evaluar una por una”.
La verdad es que me fue muy fácil escribir mi lista, las ideas me fluían con gran facilidad pero lo que no me resulto fácil fue escuchar que el también tenía algunos puntos y que en realidad eran muy validos. Confieso que me quedé fría, en realidad no me había preparado para escuchar mis fallas y mucho menos lo mucho que estaban afectando a mi esposo.
Una vez el termino de decírmelas tuve que pedir perdón y de corazón buscar una estrategia para corregir aquellas deficiencias, pero curiosamente mientras él hablaba, muchos de los puntos “en su contra” que con tanta convicción había escrito, ahora estaban siendo tachados, ya que algunos de ellos, eran cosas que yo también estaba haciendo.
Yo creo que a esto se refería Jesús, El sabe lo fácil que nos resulta hallar las fallas en los demás, sencillamente saltan a la vista, pero que tan difícil es reconocer nuestros propios errores, Dios no nos está pidiendo que ignoremos las falencias de quienes nos rodean, lo que nos está pidiendo es que no ignoremos las nuestras, y debido a que es un tanto complicado reconocerlas, debemos esforzarnos en mirarnos a nosotros mismos e identificar que parte del problema puede ser nuestra culpa.
Aprendamos del rey David quien honestamente le pedía a Dios que le examinara y le revelara lo que realmente había en su corazón. Salmo 139: 23-24 “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno”. Aprendamos a mirar nuestros propios errores, nuestras propias falencias, tengamos presentes que no somos seres sabelotodo y que también nos equivocamos. Estemos listos para reconocer nuestro error y para tomar acción y corregirlo.
Hoy es el día para quitar la viga que está en tu ojo, pídele a Dios que te examine.
Tomado de los escritos de...
Dilean Canas
¡AÑO 2019 TEMPORADA PARA COMPARTIR NUESTRA VISION DE CRECIMIENTO Y MULTIPLICACION MINISTERIAL A TRAVES DE LAS REGIONES DONDE DIOS NOS ESTA LLEVANDO COMO ORGANIZACIÓN DEDICADA A CONOCER A JESÚS Y HACERLO CONOCIDO DE TODOS... Somos un Lugar Cristiano dedicado a la evangelizacion, discipulado y transformacion del ser humano, por medio de la instalacion de los Principios de Vida de la Biblia.
martes, 20 de agosto de 2013
lunes, 19 de agosto de 2013
QUE DIOS ME APRUEBE
Que Dios Me Apruebe
Yo no ando buscando que la gente apruebe lo que digo. Ni ando buscando quedar bien con nadie. Si así lo hiciera, ya no sería yo un servidor de Cristo. ¡Para mí, lo importante es que Dios me apruebe! (Gálatas 1:10 TLA)
El análisis de este texto nos conduce a la explicación de términos como legalismo y Gracia, saber y entender ambos conceptos ayudarán a entender las razones por las que Pablo escribió esta carta a la iglesia de Galacia. Legalismo tiene como énfasis el establecimiento de una regla que conduce a entender que eres merecedor de un favor de acuerdo a lo que haces, es algo así como una paga de salario por el hacer algo, la Gracia en cambio es un regalo recibido por lo que representas y eres en ecencia más no por la relación de hacer algo que merezca una recompensa o salario.
Mientras el legalismo se trata de todo aquello que puedas hacer para Dios, la Gracia es todo aquello que Dios hace por amor a ti, de tal manera que el legalismo será algo motivado por la culpa, miedo, vergüenza y orgullo, mientras la Gracia tiene como fundamento el amor y la seguridad.
Es ese el mensaje de Pablo a la iglesia, no pretendo hablar y actuar pensando todo el tiempo en lo que puedan opinar, y decir de mi para luego interpretar si sus actuaciones son aprobadas y desaprobadas por los oyentes, en el mismo sentido no tiene como primaria aspiración obtener beneficios y aceptación de las personas por encima de agradar y hacer lo bueno y justo delante de Dios, aunque esto sacrifique imagen personal.
Es una decisión importante al momento de pararse en la Y del Legalismo y Gracia, puesto que la tendencia del ser humano esta mucho más ligada a los juicios críticos así que a la hora de decidir puede que luzca tu imagen sacrificada, pero los mayores retos se presentan cuando en tu interior se arraiga más el amor del Padre y la seguridad en tu corazón cuando sabes que todo lo que dices y haces es para ser aprobado por el y no por los hombres.
Para ti que es lo más importante? Recuerda al dar la respuesta, que quien vive en el legalismo es un asalariado que se siente retribuido cuando se le alaba y premia por lo que hace para Dios, más la Gracia es el entendimiento de que no hay nada que puedas hacer por Dios, sino que Dios ha hecho todo por ti. En consecuencia ser aprobado por Dios no dependerá de lo que hayas hecho y hagas sino de quien realmente eres.
Si quieres servir a los hombres por encima de todo, dejaras de ser servidor de Cristo. ¡Para mí, lo importante es que Dios me apruebe!
Autor:
Carlos Rhenals D.
sábado, 3 de agosto de 2013
LA VOLUNTAD DE SER FIEL...
"... escoged hoy a quien habéis de servir...", Josué 24:15, LBLA
La voluntad de una persona hace parte de todas sus acciones. No puedo renunciar a mi voluntad, debo
ejercitarla poniéndola en acción. Debo tener la voluntad de obedecer y ser controlado por el Espíritu
Santo. Cuando Dios me da una visión de la verdad, ya no debo preocuparme por lo que Él hará, sino
únicamente por lo que debo hacer. El Señor nos ha estado planteando a cada uno de nosotros algunas
grandes propuestas, pero lo mejor que puedes hacer es recordar lo que hiciste cuando inicialmente Él te tocó. Recuerda el momento cuando fuiste salvo, cuando reconociste por primera vez a Jesús, o cuando comprendiste alguna verdad. En ese entonces te resultó fácil serle fiel. Cada vez que el Espíritu de Dios te presente una nueva propuesta, recuerda de inmediato esos momentos.
"Escoged hoy a quién habéis de servir". Esto implica un cálculo a conciencia, no algo a lo cual llegas
impulsado con facilidad. Todo lo demás en tu vida queda bloqueado hasta cuando tomes la decisión. La propuesta es entre tú y Dios. No consultes "con carne y sangre" al respecto (Gálatas 1:16). Con cada nueva propuesta, las otras personas van siendo dejadas "de lado" cada vez más. Aquí es donde se presenta la tensión. Dios permite que la opinión de los otros santos te afecte y, sin embargo, vas perdiendo poco a poco la certeza de que otros entienden realmente el paso que estás dando. No tienes por qué saber hacia dónde te está dirigiendo el Señor. Lo único que Dios te explicará es a Él mismo.
Declárale abiertamente: "Te seré fiel". Pero recuerda que tan pronto elijas serle fiel a Jesucristo, te
convertirás en un "testigo contra ti mismo" (ver Josué 24:22). No consultes con otros creyentes, sino
confiesa delante de Él: "Yo te serviré". Sé fiel y reconoce la fidelidad de otras personas.
La voluntad de una persona hace parte de todas sus acciones. No puedo renunciar a mi voluntad, debo
ejercitarla poniéndola en acción. Debo tener la voluntad de obedecer y ser controlado por el Espíritu
Santo. Cuando Dios me da una visión de la verdad, ya no debo preocuparme por lo que Él hará, sino
únicamente por lo que debo hacer. El Señor nos ha estado planteando a cada uno de nosotros algunas
grandes propuestas, pero lo mejor que puedes hacer es recordar lo que hiciste cuando inicialmente Él te tocó. Recuerda el momento cuando fuiste salvo, cuando reconociste por primera vez a Jesús, o cuando comprendiste alguna verdad. En ese entonces te resultó fácil serle fiel. Cada vez que el Espíritu de Dios te presente una nueva propuesta, recuerda de inmediato esos momentos.
"Escoged hoy a quién habéis de servir". Esto implica un cálculo a conciencia, no algo a lo cual llegas
impulsado con facilidad. Todo lo demás en tu vida queda bloqueado hasta cuando tomes la decisión. La propuesta es entre tú y Dios. No consultes "con carne y sangre" al respecto (Gálatas 1:16). Con cada nueva propuesta, las otras personas van siendo dejadas "de lado" cada vez más. Aquí es donde se presenta la tensión. Dios permite que la opinión de los otros santos te afecte y, sin embargo, vas perdiendo poco a poco la certeza de que otros entienden realmente el paso que estás dando. No tienes por qué saber hacia dónde te está dirigiendo el Señor. Lo único que Dios te explicará es a Él mismo.
Declárale abiertamente: "Te seré fiel". Pero recuerda que tan pronto elijas serle fiel a Jesucristo, te
convertirás en un "testigo contra ti mismo" (ver Josué 24:22). No consultes con otros creyentes, sino
confiesa delante de Él: "Yo te serviré". Sé fiel y reconoce la fidelidad de otras personas.
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