La intimidad y el arrepentimiento
si mi pueblo, que lleva mi *nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra. Mantendré abiertos mis ojos, y atentos mis oídos a las oraciones que se eleven en este lugar. (2 Crónicas 7:14, 15 NVI)
Si tienes el deseo de profundizar en la atmósfera espiritual que logre invadirte de la gloria de Dios, uno de los pasitos mas importantes que debes dar es el conducirte por el camino del arrepentimiento.
El arrepentimiento es una palabra de bendición, cuando caminas por esa senda será inevitable encontrarse con la gloria de Dios, que será un deposito que deberá ser administrado con la sabiduría que todo hijo de Dios debe tener a fin de edificar saludablemente el reino al cuerpo de Cristo.
"La única razón por la que somos capaces de arrepentirnos genuinamente delante de Dios es porque el Espirtu Santo nos da la gracia para hacerlo". (sic)
Una de las evidencias que Dios padre le revelo a Juan el Bautista para identificar a nuestro señor fue justamente la de ver descender sobre el al Espiritu Santo.
Sin duda en alguna ocasión habrás sido visitado por el santo espíritu de Dios, pero también te habrás preguntado porque ese momento no ha permanecido? Pues una de las posibles respuestas puede ser que la disciplina de la oración y el ayuno la haz olvidado y solo esta a tu mano cuando percibes en el horizonte un panorama no muy claro que requiere preguntas y resolución de situaciones que están por fuera de tu control.
En muchas ocasiones las rutinas religiosas se convierten en el mejor escudo o disfraz para que los creyentes dejen de vivir una verdadera estrecha intimidad con Dios, de tal manera que una reflexión sincera en el interior de cada corazón será la única formula que le pueda permitir a un verdadero hijo oír con atencion la voz del Espirtu Santo. El arrepentimiento será solo la consecuencia de caer en cuenta de aquello que no es correcto dentro del entorno de Dios y el deseo radical de no volver a incurrir en esa falta.
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