Fundamentos para el Evangelismo Eficaz
-Josef Urban
El evangelismo es un
mandato bíblico, un privilegio bendito, y una responsabilidad vinculante
de la iglesia de Dios (Marcos 16:15). El destino de las almas sin
Cristo rumbos a una eternidad de la oscuridad de las tinieblas en la
furia de las llamas de la ira feroz de Dios para siempre nos debe
motivar a ocuparnos con urgencia con la tarea seria de hacer todo lo que
podemos hacer para tener compasión y arrebatarlos del fuego con un
temor santo (Judas 1:23). Para ser usados por Dios en esta tarea seria,
debemos consagrarnos a la misión de la iglesia de alcanzar a los
perdidos y estudiar a entrenarnos a cómo ser eficaces en esta guerra
contra el Infierno.
Temo que es precisamente por una falta de
consagración a la voluntad de Dios, y una falta de diligentemente usar
los medios y herramientas que Dios ha revelado en Su Palabra, que una
gran parte de la iglesia profesante es débil, deficiente, e incluso casi
inútil en el evangelismo. Viendo nuestra gran necesidad y falta de
obediencia en esta área, sin un profundo arrepentimiento del corazón y
una consagración total a la voluntad de Dios, no podemos ser útiles en
el evangelismo (Rom. 12:1-2, 2 Tim 2:21). Isaías tenía que ser purgado
antes de que pueda ser usado por Dios como una boca eficaz para la
proclamación del Reino (Isa. 6:5-8). Si estas andando en desobediencia a
Dios tienes que quitarte la viga de tu propio ojo antes de que puedas
predicar el arrepentimiento a otros (Mat. 7:3-5). Si no, tu evangelismo
será hipócrita y sin la verdadera bendición de Dios.
Después
de asegurar que tengas una consciencia limpia ante Dios, y consagrarte a
la misión de alcanzar a los perdidos con el Evangelio, tienes que
procurar con diligencia presentarte aprobado a Dios como un obrero que
maneja con precisión Su Palabra bendita (2 Tim. 2:15). Tan útiles como
puedan ser, y tanto como Dios las puede usar, no necesitas asistir
conferencia tras conferencia para aprender cómo evangelizar
eficazmente. La Palabra de Dios es suficiente para entrenarnos para esta
tarea (2 Tim. 3:16-17). Estoy convencido que, aunque Dios levanta a
hombres buenos para entrenar al Cuerpo de Cristo en evangelismo,
finalmente el verdadero equipamiento y habilidad tienen que venir desde
arriba—y el medio principal de Dios de santificar y equipar Su pueblo
viene por Su Palabra escrita. ¡Estudia para conocer a Dios a través de
Su Palabra!
No es suficiente estudiar la Palabra para presentar
tus argumentos y establecer tu caso, o meramente para predicar. Tienes
que empaparte en la Palabra de Dios hasta que ella arda en ti como un
fuego listo para explotar (Jer. 20:9). Tu meta al estudiar las
Escrituras tiene que ser para acerca a Dios, para conocer al Dios vivo.
Una vez que tu evangelismo fluya de un profundo conocimiento
experiencial de dios tus palabras rebosarán con una verdad viva que
testifica no de información que has aprendido de un libro, sino de una
relación viva y profunda experiencia personal con Jesucristo (Hechos
4:13).
El evangelismo no es nada menos que una guerra
espiritual intensa, y nuestra arma principal es la espada del Espíritu
que es la Palabra de Dios (Efe. 6:17). Un soldado que es un neófito en
usar su espada nos será tan eficaz en la batalla que el guerrero
experimentado que sabe cómo utilizar su espada debido a horas
incontables de practicar. Si nos hace difícil buscar en nuestras
bíblicas las respuestas a las objeciones de las personas, siendo lentos
para sacar la espada, puede ser que perdamos la batalla algunas veces y
no logremos romper a pedazos las fortalezas de Satanás en las mentes de
los hombres caídos (2 Cor. 10:4-5). Tienes que conocer tu Dios, pues la
batalla es del Señor (1 Sam. 17:47). Y tienes que conocer tu arma
principal, ya que el Dios que lucha por nosotros la usa para cumplir sus
fines.
Además de conocer a Dios, andar con una consciencia
limpia, permanecer en la Palabra de Cristo y conocer la Biblia con tanta
diligencia como el tiempo que tengas te permita estudiarla, es
absolutamente vital que tengas una vida de oración. Hermanos, sin la
oración el evangelismo será inútil. Si marchas a la batalla sin
consultar al Señor, pensando que puedes hacer algo para Dios, estás
marchando hacia una masacre de necios. El infierno se reirá de ti si no
has sido vestido con el poder de Cristo. No puedes cumplir en la carne
lo que sólo se puede cumplir en el Espíritu.
Las Escrituras
nos mandan a orar por la salvación de los perdidos (1 Tim. 2:1-4). Si
Dios nos manda a orar para que los perdidos sean salvados, eso significa
que Él promete salvar. Sin embargo, si vamos a ver la realización de
tales oraciones, debemos orar con fe, esperando que Dios salve. Esta es
una llave necesaria para el evangelismo eficaz, pero tantas personas la
ignoran por completo. El Señor Jesús, al enseñarnos acerca de la
oración, enfatiza repetidamente la necesidad de realmente creer y
esperar que Dios responderá. “Y todo lo que pidiereis en oración,
creyendo, lo recibiréis” (Mat. 21:22). “Por tanto, os digo que todo lo
que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá” (Mar.
11:24). Debemos orar y esperar que Dios contestará y salvará almas, y
debemos perseverar en tales oraciones continuamente (Luc. 11:5-8, 18:1).
No sólo debemos orar por la salvación de almas, pero también
debemos orar por poder desde lo alto para evangelizar eficazmente (Luc.
11:13; Hechos 1:8). Demasiados hermanos que yo considero ser verdaderos
cristianos conocen muy poco o nada acerca de este investimento del poder
del Espíritu de Dios para ser testigos de Jesucristo. Somos mandados a
ser llenados del Espíritu (Efe. 5:18). Estoy convencido de que hay una
diferencia entre la habitación del Espíritu que cada hijo de Dios tiene y
el ser investido con poder que viene por medio de inmersiones y
llenuras subsiguientes del Espíritu. El libro de Hechos deja claro esto.
[1]
La historia de la iglesia también testifica al hecho de que hombres que
estaban sirviendo al Señor como evangelistas y predicadores que
encontraron que sus ministerios eran inefectivos en gran manera y sin
mucho poder, después de profundas experiencias con Dios en el lugar
secreto (muchas veces siendo tan personal a ellos que no han querido
compartir muchos detalles), salieron investidos con un nuevo poder,
avivados en su relación con Dios, y por consiguiente vieron olas de
salvación seguir su evangelismo.
Conocer a Dios, conocer Su
Palabra y habitar en el lugar secreto de la oración son algunas llaves
esenciales del evangelismo eficaz. Si estás desanimado por una falta de
fruto en tus esfuerzos presentes de evangelizar, quizás sería provechoso
que regreses a estos fundamentos y te examines a ti mismo para ver qué
te falta. A veces nuestra falta de fruto se relaciona directamente con
nuestros fracasos o infidelidad en las cosas más básicas.
"VAMOS DE GLORIA EN GLORIA Y DE VICTORIA EN VICTORIA..."